martes, 23 de marzo de 2010

SOY HIPÓCRITA

Con el paso de los años uno se acaba dando cuenta que la sinceridad es la mejor arma para moverse por el mundo. Y hablo de decir la verdad siempre y cuando se pueda sacar algún provecho de ella, no de la crueldad que muchos practican excusándose en decir las cosas a la cara…

Pues mira, a mi llámame o piensa lo que quieras, pero a la espalda, que uno ya tiene bastantes complejos como para tener que oír opiniones dolorosas que no ha pedido…

Yo he aprendido a disfrutar de la honestidad; de mi propia honestidad, aun y recibiendo mas palos que aplausos. Quiero sentirme orgulloso de ser quien y como soy, y por eso no quiero esconder la basura bajo la alfombra… No me entrometo en la vida de nadie, ni para bien ni para mal, y tampoco acepto que lo hagan en la mía, aun y pareciendo borde o desagradable. Voy de frente, todo lo posible, que siempre hay que esconder de los aprovechados tu punto débil, incluso con quien no lo merece.

Y por supuesto con mi familia y pareja cuento al 100%, porque si ellos me quisieran sólo por las mentiras que les cuento, o las verdades que me callo, estarían queriendo a otro…

He aprendido a ser natural, y aunque en la mayoría eso levante ampollas, como soy humano, y por lo tanto egoísta, me importa tres mierdas lo que opinen…

Todos queremos ponernos la medalla de sinceros, pero ya no sabemos ni lo que es eso, ni como se hace.



Y no somos sinceros porque nuestra propia naturaleza nos lo impide. Porque somos una especie con demasiada mierda que esconder como para poder vivir siendo nosotros mismos.

Ocultamos nuestra envidia, y hacemos creer que nos alegramos del bien ajeno.
Callamos nuestras malas intenciones y malos pensamientos, como el de vender a nuestra propia madre si con eso ganáramos dinero…
Engañamos a amigos, familia, jefe, compañeros… parece que sólo sabemos decir la verdad para rebajar a alguien y hacerle sentir inferior.

Y en parte es lógico, porque vivimos en un mundo donde el vecino te juzga siempre duramente, aun sintiéndose mal porque sabe que su vida huele aun peor.

Es el deporte mundial, la hipocresía…

Pues a todos esos que la única fórmula que encuentran para ser felices es la MENTIRA, mi consejo es que cambien todo lo que les haga sentir mal, y así dejarán de darse asco a ellos mismos.


Juan Benítez

2 comentarios:

Javier B.V dijo...

Como dices vivimos en un mundo donde el vecino te juzga siempre duramente, aun sintiéndose mal porque sabe que su vida huele aun peor. Aunq yo diría que el vecino te juzga pero no se siente mal en absoluto, creo que el juzgar duramente a los demás nos hace sentir mejores personas, o por lo menos quedar por encima.

Anónimo dijo...

como muchos dicen mal de muchos consuelo de tontos (o en este caso de hipocritas) y que razon tenia el que invento esta frase porque es lo único que nos consuela, el mal de los demas