Me desquicia cuando veo a “friki-científicos” hablando de todo lo que saben sobre el universo. Cómo se creó el universo , qué pasara con las estrellas, con el sol, con nuestro planeta dentro de trillones de años… Sitúan al hombre como la especie más avanzada capaz de desvelar todos estos secretos. Y sinceramente, no creo que tengamos tanto “talento”.
Imaginemos a una de las células de nuestro cuerpo. No sabemos qué características tienen, por mucho que nos digan que lo saben todo de todo. A lo mejor ellas también pueden sentir, y prefieren circular por la sangre acompañadas de su célula amada, o lloran y se deprimen cuando muere la mama-célula. A lo mejor se creen muy listas, y piensan que pueden averiguar el origen del universo... pero eso a lo que ellas llaman “universo” es nuestro hígado. Pero claro, nosotros no somos células, somos humanos ¡la especie más avanzada que existe!
Pues yo diría que no llegamos ni a célula. Biológicamente creo que el planeta es la verdadera célula, y nosotros somos virus o bacterias que la hemos infectado. Y si no queremos ser sólo bacterias, deberíamos dejar de comportarnos como ellas y de cargarnos el planeta…
Sólo una última reflexión: ¿Es necesario saber si hay agua en la luna? Donde no hay agua (potable) ni comida es en muchos países de nuestro propio planeta. ¡Que dejen de tirar el dinero en hacerse los listos! Que con ver el futbol y comprarnos coches ya llenamos el cupo de nuestra inteligencia.
Juan Benítez
2 comentarios:
ja ja ja que bueno , me ha gustado la última frase sobretoto
He estado leyendo entradas de tu blog y he de decir que me identifico muchísimo con tu manera de pensar.
Los humanos jugamos a ser el ser supremo que domina la Tierra, que hace y deshace, que obtiene todo lo que necesita del planeta en el que vive, explotándolo y destrozándolo por intereses banales: dinero, poder, fama...y además nos atrevemos a inventarnos dioses poderosos o falsamente llenos de bondad (como el cristiano-musulmán-judío, los dioses hindúes) creyendo que éstos nos salvarán de la muerte y nos harán inmortales...jajaja. Como ateo que soy, y orgulloso de ello, pienso que la bondad (de cuya existencia dudo viendo la falta de escrúpulos de la sociedad humana) debe surgir de la moral (otra invención humana) de cada uno, y no por miedo a la muerte y un infierno hipotético, o en su defecto, esperando la inmortalidad como recompensa. El hombre bueno debe serlo al buscar el bien de la humanidad, no por interés ni miedo. Somos nosotros, los humanos, quienes han inventado la moral, para hacer como que la cumplimos y así creernos superiores al resto de las especies...
Cuando vemos un documental sobre animales "salvajes" (nosotros les llamamos así porque se supone que somos civilizados...seguuuuuro) y llegamos a una escena en la que un depredador devora a una presa, todos pensamos "pobrecita presa, el depredador no tiene corazón, es despiadado, la ha matado sin contemplaciones, sólo para comérsela". Y yo me pregunto: ¿y qué hacemos nosotros con cerdos, pollos, pavos, vacas, etc.? ¿Tenemos algún tipo de compasión? Ninguna. Sólo somos una especie más, ligeramente más inteligente que algunos monos, pero somos mucho más crueles: provocamos guerras, disputas, hambrunas (aún habiendo alimentos de sobra para todos los humanos), muerte, destrucción, odiamos, guardamos rencor, destruimos al vecino, como tú bien dices, sólo para sentirnos mejores que él. Con los monos no pasa eso, entre monos aíslan a los que tienen comportamientos perjudiciales para su comunidad. Los humanos no, incluso elogiamos al más sinvergüenza. Conclusión: damos asco, y no merecemos existir. No mientras no cambiemos. Ojalá no hubiésemos evolucionado. O que nos caiga un meteorito, cosa muy poco probable, por cierto, y a tomar por culo la raza humana (si, una sola, y los que hagan distinciones merecen una buena hostia!). Me encantaría haber sabido de este blog antes y poder haber tenido una conversación con todos vosotros, aunque sólo fuese a base de comentarios. Mucho ánimo, y a ver si mejoramos, y si no, lo dicho!
Con cariño, alguien con las ideas claras.
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