sábado, 21 de noviembre de 2009

SOY AVARICIOSO

Dije que iba a escribir sobre la crisis y aquí está:
No me importa una mierda la crisis económica mundial. Es más, me encanta.
Porque cuando nos tocan el dinero, lo más importante para que nuestra especie alcance la felicidad, se nos remueven muchas cosas por dentro; y tal vez así consigamos aprender algo de sentimientos.

Estamos en plena apoteosis del YO, sin importar nada más. Y la razón es la gran oportunidad que nos brinda la sociedad del “bienestar” en la que unos cuantos hemos tenido la suerte de nacer ( y a los que les tocó vivir más al sur y ser un poco más morenos, que se jodan) de disfrutar de TODAS las opciones abiertas. Pero las opciones que elegimos son mayoritariamente tonterías que ni siquiera nos hacen felices. Hemos pasado de un mundo donde lo esencial era cubrir las necesidades básicas: comer, dormir, procrear… a otro donde lo divertido es satisfacer los deseos, la fama, el dinero, ser sexy, triunfar… El único futuro que somos capaces de ver es el del “ triunfo del ego”, donde no hay grandes sentimientos ni grandes decisiones. Como alguien dijo, hemos terminando siendo un puñado de células organizadas para pagar una hipoteca.

La idea de que la felicidad la da el consumo no es más que una trampa, una falsa promesa. Todos sabemos que cuando recibimos el producto la gratificación no es la esperada, y creemos que la próxima compra sí que nos acercará a esa felicidad… Pero una vez en el juego, ese vacío nos dejará cada vez más vacíos, y sin lo más importante, la capacidad de darnos cuenta de hasta qué punto estamos controlados y dirigidos al consumo. La estrategia del capitalismo no es otra que hacerte gastar todo tu sueldo, aunque sea endeudándote, que es otra forma de tenernos controlados muchos años. Se persigue solo el crecer por crecer, de forma irracional y suicida.

Todo, desde lo que comemos, lo que vestimos, lo que nos divierte, lo que nos debe hacer personas diferentes y especiales ahora se controla con informes estadísticos desde las agencias de publicidad… Todos nos estamos convirtiendo en la misma persona, ¡¡ y además es una persona fea y mala!!
Y nuestro bonito planeta, lleno de lugares encantadores y diferentes, en que puedes ir a cualquier rincón y disfrutar de un Big Mac como lo harías en tu ciudad...

¡Vaya puta cultura de masas, que previsible que es todo!

Y si todo eso se va a la mierda, pues me alegro.

Juan Benítez

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